Una de las sorpresas más dulces que aguarda a los visitantes del Somontano es descubrir la Ermita de Santa María de Dulcis. Para llegar a ella hay que recorrer una pista de unos dos kilómetros desde Buera que se abre camino entre bellos campos de almendros, cereal y viñedos. El edificio se encuentra en una zona de abundantes aliagas, romero y tomillo y son numerosos los panales de abejas en sus alrededores.
El Santuario de Santa María de Dulcis es un templo del siglo XVII, levantado sobre uno anterior románico. Consta de una sola nave de cuatro tramos con testero recto cubierta con bóveda de lunetos y dos capillas laterales. El presbiterio es de planta cuadrada, cubierto con cúpula sobre pecinas y con linterna. El coro se sitúa a los pies de la nave. El elemento más interesante es la magnífica decoración interior elaborada en yeso de influencia mudéjar que decora la nave. Es de gran variedad topológica y valor artístico.
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